Joder, esto va de mal en peor. Cuánto más me propongo algo, menos lo consigo hacer. Primero con el tema de cerrar asuntos pendientes (empezando con este blog). A la vista está el fracaso total, dos años después se me ocurre que puedo explicar algo a la nada, con lo motivadora que fue mi última entrada. Y bueno, no hablemos del deporte. El sentimiento deportista desapareció tan rápido como llegó. Ni un suspiro me ha durado la vena del fitness. Dos años después y puedo asegurar que mi momento en el mundo del deporte todavía no ha llegado. No nos vamos a engañar, creo que mi lado fitness no existe, lo busque por donde lo busque. De todas maneras, mi columna con escoliosis me obliga a replantearme cada día que llegará mi momento en el mundo de la natación. La "Mireia Belmonte" que hay en mí aflorará algún día y por fin podré estrenar el bañador que me compré hace un año y que aún está arrinconado junto a las mil aficiones incompletas de mi habitación.
Pero no todos los temas de mi vida están estancados. He volado, he salido del nido y ahora soy toda una "ama de casa" moderna. Y encima tengo curro full time aunque el contrato indefinido no lo vaya a ver ni en pintura. Además, le he dado un giro a mi alimentación e intento comer lo más sano posible. Adiós a los lácteos y las carnes rojas. Hasta luego a los azúcares (en medida de lo posible y con algún que otro capricho, of course). Aún tengo mucho por estudiar y aprender pero de momento hasta compro en Veritas.
Y cómo no, siempre con cosas rondándome por esta cabecita. Pensando en la vida en general y en lo que realmente vivimos y disfrutamos de ella. Vivimos para trabajar y eso nos agota la energía para poder disfrutar de muchas otras cosas. Cosas pequeñas (o grandes), pero mucho más importantes. Ojo, que me pongo seria y se me va de las manos.
Y vosotros, ¿qué pensáis? ¿Lo dejaríais todo para cambiar de vida? Yo cada día tengo más clara la respuesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario